jueves, junio 28, 2012

Mamihlapinatapai


Es la mirada que comparten dos personas que desean iniciar algo, pero que están reacias a dar el primer paso para comenzar...

Ella ni siquiera me había visto. Quizás en un mundo paralelo ella jamás me habría visto. No me habría acercado a ella y nunca hubiéramos hablado. Alguien me dijo que no existen mundos paralelos, ni realidades alternas, ni hubieras; lo que es, es lo que iba a pasar. Me quedo con esa idea.
Así fue como terminamos viéndonos, en un acto de valor, sin precedentes, en un hola, que se convirtió en el mayor acierto en 14 años y unos ojos que gritaban: ¡bésame!
Quería esperar. No quería malinterpretar las señales. Estaba sobre ella y pude haberla besado y arruinar todo... no quise. Ella tampoco quería que la besara, al menos no en ese momento.
Después su beso, alivió la tensión. Acabó por destrozar mi coraza. Bajé los escudos y depuse las armas... ¡qué grata sensación!
Imagino que mi mirada decía lo mismo: ¡bésala! Y ella supo leerme mejor, que yo a ella.


28/05/2012

No es que promoviera la infidelidad, lo que pasa es que me gustaba la idea de lo poliamoroso. Eso de compartir el amor de alguien más... supongo que el verdadero problema era que yo era muy egoísta, demasiado codicioso como para poder compartir lo que sentía mío, con el resto del mundo: gritar esto es de nosotros, me revolvía el estómago y prefería lo clandestino del secreto a voces. Quizás porque yo tampoco podía compartirme, no obstante que fuera con una sola persona, acaso por eso mis relaciones no habían funcionado. Siempre con el corazón roto por mucho arriesgar, o por no arriesgar demasiado...
el punto medio nunca fue lo mío.

06/06/2012


Ojalá el amor tuviera fecha de caducidad, así uno sabría exactamente cuando es bueno dejar de pensar en
alguien o empezar a ponerle atención a alguien más. En este tiempo donde todo tiene vencimiento, expiración o fecha preferente de consumo, lo ideal sería saber con precisión cuando se va a acabar algo como el amor.Un solitario podría saber que una pareja está por separarse cuando ella comience a sentir el beso agrio de su novio y se de cuenta de que ese amor, ya no es lo que era antes. Tendría una entrada con un beso fresco, que aún no es amor, peor que podría estar en proceso cuando entrambos, comenzaran a cultivarlo. Así entonces, desde el Limerence, el Mamihlapinatapai, el Koi No Yokan, el Forelsket, el Yuanfen, el enamoramiento, el amor y finalmente el desamor, habría pasado el tiempo suficiente como para que aquel solitario perdiera el calificativo y entrara de lleno en aquella estadística del inolvidable.Pero por desgracia los amores no tienen fecha de caducidad y con los celos amargos de ellos, la pareja se mantiene indefinidamente y cae por cuenta propia.No hay terceros cuando el amor es fuerte porque el amor se convierte en un límite para los intrusos, los oportunistas y los que actúan con otra fe.Las parejas permanecen porque lo que se establece es lo que siempre ha sido y será a opinión de mentes cerradas y espíritus cautivos, por el temor a lo que pueda suceder. Por eso el solitario aguarda aquel día en el que el amor tenga fecha de caducidad o no sea más una barrera, sino un llamado a la inclusión, una puerta abierta a la posibilidad, a la transformación.Todo comienza y termina por ella.

Asesino de conciencias


No es el alcohol, tampoco otras sustancias. Vaya que muchas veces lo intentamos. No son las justificaciones necias, ni las promesas falsas y vacías las que generan algo tan tremendo.
No es la ausencia, ni es el pasado lo que posibilita repetir patrones de conducta que muchos tacharían de inmoral. No es la soledad, ni el conformismo, ni siquiera es el deseo de tener  algo por ser menos complicado de lo ordinario.
No es el tiempo ni el vacío que nos deja el sentir que perdemos la oportunidad de hacer de esto un momento para toda la vida, entre el pasado y el aquí que a veces parece tan lastimero y mísero.
No son las circunstancias ni el deseo avasallador de romper las reglas y transgredir de una vez y de manera definitiva, todo lo que para nosotros es una simple y absurda tontería a la que llamamos deber.
¿Pero qué es entonces? Quizás todo lo anterior, en mayor o menor medida, que nos viene a tentar con un poco de esperanza en que es posible si estás dispuesto a arriesgar tu nada, por un indiscutible todo.
Así fue como ese par de líneas que escribí arriba se convirtieron en una especie de carta de presentación ante los retos de una mujer que no pretendía intentar salir del cascarón de lo seguro para trascender a lo extraordinario de poder tenerlo todo con el módico precio del asesinato de aquello que le estorbaba.
Fue así como me convertí en promotor de la mejor manera de vivir intensamente a sabiendas de renunciar a la serenidad del cuerpo y del espíritu perenne; me dedique a pregonar una supresión de culpas y un olvido de creencias caducas que llevan al remordimiento.

miércoles, junio 06, 2012

Pseudoproposiciones metafísicas


Amor es y...
Amor es un número primo: divisible entre si mismo y 1
Amor es ¿y?
Amor es un número racional: la división de dos números que se fraccionan.
Amor ¿es? y...
Amor es un número irracional: es un entero irreducible que no es racional.
Amor(es) ¿y?
Amor es un número real: es inclusivo de todos los números.

Todo bien hasta caer en cuenta de tres cosas:
a) el amor está construido antisintácticamente en 1, 3, 5 y 7.
b) el amor carece de sentido si lo consideramos números: 2, 4, 6 y 8.
c) el amor es pura metafísica... y la envidia de este escritor.

Compersión

Pues no, no me equivoqué con la palabra anterior. Los poliamorosos definen Compersión como "el sentimiento de felicidad de conocer que aquellos que amas, disfrutan alegría entre ellos, felicidad especialmente de conocer que tus bien amados, expresan y mantienen amor uno por el otro. Es lo opuesto a celo."


Compersivo, entonces es una persona que es capaz de sentirse feliz por el hecho de que su amor ame y sea amado en correspondencia, sin que por ello involucre amor para si mismo, ya sea pasado o presente. Es una especie de compartimiento extendido del amor (ya sea que exista aún, apenas se empiece a generar o haya dejado de existir en el pasado).


Y no es que hable del poliamor solamente, creo que todas las relaciones humanas deberían empezar por la idea de ser tan grandes que podamos amar y fomentar el amor en otros incluso más allá de la pareja (mono o poli por igual).

Desgraciadamente la experiencia me ha colocado en el punto del no- amor, del no- novio, del no- posible, por el sentimiento contrario: los celos. Esos celos cargados de un temor terrible de pérdida del ser amado, que suelen experimentar los "dueños" de la relación. No es que yo mismo no pueda sentirlos, dejaría de ser humano si no los sintiera, pero creo que el máximo crimen que se comete con regularidad es no trabajarlos y entender las razones (o sin razones) de estos sentimientos y que en mí, podría identificar como el hecho de nunca lograr amor para mí.

El amor no tiene niveles, ni grados, ni categorías, el amor es amor, aquí y en todos lados y si somos capaces de sentirlo por más de una persona ¿por qué negarlo? Supongo que debemos culpar a la propiedad privada y a la idea de que las cosas son de una manera y es imposible que sean de otra. El amor, como todo, se construye, se fomenta, crece, es una posibilidad, y un don, que muy pocos tienen en realidad.

Hace mucho que ya no escribía en este blog, tan mío como otros que he escrito, y supongo que esta publicación será una publicación para olvidar, o como dicen algunos, una forma de hablarle al universo, sin que otros me escuchen necesariamente.