Esta palabra proviene del ruso, y describe una sensación de profunda angustia —de angostura, dificultad—; un sentimiento sofocante de añoranza o inquietud enfermiza, provocada en la mayoría de los casos, por la ausencia del ser amado.
Los amigos no se van; la amistad es la que se esfuma, desaparece, cambia y nos deja solos a todos.
El corazón se oprime violento en el pecho, se estrella la esperanza del "para toda la vida" y llega la desazón.
No es tu culpa, en realidad no es culpa de nadie, a veces los malos entendidos son sólo señales del fin anunciado de algo que fue tan o incluso más grandioso que cualquier amor... porque amamos, amamos a los amigos, hasta que un día ya no, es imposible seguir estando unidos... ella y yo nos queríamos; pero ya no.
Los amigos no se olvidan; la amistad es la que se olvida, se da por hecha, se pone de lado y se pierde.
La tristeza es mucha cuando los amigos se dicen adiós, sin muchas más explicaciones que una pelea absurda, un malentendido o una cancelación. Los buenos tiempos han pasado ya y no vale la pena reconstruir lo que iba a romperse de todos modos, por su propia fragilidad. Hay amistades tan grandes que hacen ruido al romperse, y por su propia grandeza y por el bien de los dos merece quedarse así: rota.
Y como tantas otras, nuestra amistad llegó a su fin sin intervención alguna de otra persona. El tiempo y la distancia se hicieron cargo de separar a los dos componentes heterogéneos de aquella mezcla alquímica tan poco probable de ser lograda: ella y yo. Pero aunque duela hoy, nuestra amistad que se ha terminado, se volverá leyenda y nos habrá marcado, para siempre a los dos. Mi mejor amiga en mucho tiempo, me negó... y yo por mi parte, y para no lastimarla, le dije adiós, buena suerte, realmente espero que te vaya mejor.
El corazón se oprime violento en el pecho, se estrella la esperanza del "para toda la vida" y llega la desazón.
No es tu culpa, en realidad no es culpa de nadie, a veces los malos entendidos son sólo señales del fin anunciado de algo que fue tan o incluso más grandioso que cualquier amor... porque amamos, amamos a los amigos, hasta que un día ya no, es imposible seguir estando unidos... ella y yo nos queríamos; pero ya no.
Los amigos no se olvidan; la amistad es la que se olvida, se da por hecha, se pone de lado y se pierde.
La tristeza es mucha cuando los amigos se dicen adiós, sin muchas más explicaciones que una pelea absurda, un malentendido o una cancelación. Los buenos tiempos han pasado ya y no vale la pena reconstruir lo que iba a romperse de todos modos, por su propia fragilidad. Hay amistades tan grandes que hacen ruido al romperse, y por su propia grandeza y por el bien de los dos merece quedarse así: rota.
Y como tantas otras, nuestra amistad llegó a su fin sin intervención alguna de otra persona. El tiempo y la distancia se hicieron cargo de separar a los dos componentes heterogéneos de aquella mezcla alquímica tan poco probable de ser lograda: ella y yo. Pero aunque duela hoy, nuestra amistad que se ha terminado, se volverá leyenda y nos habrá marcado, para siempre a los dos. Mi mejor amiga en mucho tiempo, me negó... y yo por mi parte, y para no lastimarla, le dije adiós, buena suerte, realmente espero que te vaya mejor.