sábado, agosto 30, 2014

Ojos tristes

Aquella joven de ojos tristes, tristísimos, fue el amor de mi vida;
al menos de una vida mía ¿cuánto dura una vida?
Termina tan pronto como empieza;
se pueden vivir tantas vidas en una y yo viví la mejor de mis vidas con ella.
Aquellos ojos tristes, tristísimos, en esa joven y hermosa mujer,
no saben hacer otra cosa que hablar y callar a la vez.
Yo los amé muchísimo y ellos me amaron también,
y ella también amaba mis ojos tristes, como al hombre detrás.
Estos mis ojos tristes, tristísimos, miraron al amor una vez más,
y le vieron forma de una preciosa doncella,
cuyos ojos hablan sin decir palabra y de pronto callan,
y de pronto ríen en su infinita tristeza,
mientras me miran a través...
a través de mis propios ojos tristes, tristísimos, y más allá
a la vez que ellos la miran de vuelta y pueden recordar,
aquél amor, triste infinito; vida pasada... jóvenes felices.

viernes, mayo 23, 2014

¿Cuánto dura el amor?

¿Cuánto dura? Es difícil saberlo.
Dura toda la vida...
o las vidas que abarquen amar en un tiempo indefinido;
hasta la sustitución, el remplazo de lo amado por algo aún más amado
corrijo entonces:
hasta la sustitución prostitución, cuando el amor se vende al mayor postor.

Quien ama puede seguir amando, pero quien es amado no sentirá de nuevo semejante amor,
se condena, se pierde y puede que padezca y vague incluso aún más que quien amó.

¿Cuánto amor? Es difícil medirlo.
Demasiado quizás...
o muy poco en comparación. El amor se gasta y se va perdiendo,
hasta que se vuelve otra emoción: cariño, afecto, el más puro costumbrismo,
el miedo terrible a la separación. La pérdida anhelada de la tortura infinita...
corrijo de nuevo:

Quien ama puede dejar de hacerlo, pero quien era amado reclamará por siempre el mismo amor,
lo codicia, lo demanda y hará padecer a quien sea por mantener la misma cantidad de amor.

¿Cuánto dura el amor?
No sé, supongo que dura tanto como sea posible para quien ama... o la creencia del receptor;
una mentira contada y repetida mil veces: "aún me ama"... aunque quizás no.

domingo, abril 06, 2014

Toska.

Esta palabra proviene del ruso, y describe una sensación de profunda angustia —de angostura, dificultad—; un sentimiento sofocante de añoranza o inquietud enfermiza, provocada en la mayoría de los casos, por la ausencia del ser amado.

Los amigos no se van; la amistad es la que se esfuma, desaparece, cambia y nos deja solos a todos.
El corazón se oprime violento en el pecho, se estrella la esperanza del "para toda la vida" y llega la desazón.
No es tu culpa, en realidad no es culpa de nadie, a veces los malos entendidos son sólo señales del fin anunciado de algo que fue tan o incluso más grandioso que cualquier amor... porque amamos, amamos a los amigos, hasta que un día ya no, es imposible seguir estando unidos... ella y yo nos queríamos; pero ya no.

Los amigos no se olvidan; la amistad es la que se olvida, se da por hecha, se pone de lado y se pierde.
La tristeza es mucha cuando los amigos se dicen adiós, sin muchas más explicaciones que una pelea absurda, un malentendido o una cancelación. Los buenos tiempos han pasado ya y no vale la pena reconstruir lo que iba a romperse de todos modos, por su propia fragilidad. Hay amistades tan grandes que hacen ruido al romperse, y por su propia grandeza y por el bien de los dos merece quedarse así: rota.

Y como tantas otras, nuestra amistad llegó a su fin sin intervención alguna de otra persona. El tiempo y la distancia se hicieron cargo de separar a los dos componentes heterogéneos de aquella mezcla alquímica tan poco probable de ser lograda: ella y yo. Pero aunque duela hoy, nuestra amistad que se ha terminado, se volverá leyenda y nos habrá marcado, para siempre a los dos. Mi mejor amiga en mucho tiempo, me negó... y yo por mi parte, y para no lastimarla, le dije adiós, buena suerte, realmente espero que te vaya mejor.