Fui de todas, y de todas, nada.
Para sentir que tuve la oportunidad de amar,
escribo versos prosaicos, con tonos de nada.
Le miento a la calma y me digo que
no,
me quedo en silencio y digo…
solo tonterías, basta de eso.
La primera siguió con su vida,
como si nada,
nunca le afectó.
Tanta fidelidad a un tipo infiel,
tanta fuerza de voluntad, nunca dudó.
Y mientras veo una imagen suya estando tan feliz,
sabiendo
que no siente ni sintió,
jamás nada por mí.
Así pues escribo aquí:
Una para la que no me amó.
La segunda mujer por la que sentí,
nunca me
quiso y no lo entendí.
Jugaba al cortejo y a la apertura,
caradura, no era para
mí.
Yo tanto que pensaba en ella
y ella nunca en mí;
la perseguía y le prometía,
cosas que odiaba, por verla reír.
Hace poco la vi sonreír,
montaba a caballo luciendo feliz;
pasó 7 años
con una lombriz
y yo, miserable por un tonto desliz.
Así
escribo esta tontería, ahora que todo se hundió:
una para la que no me quería,
una para la que no me vio.
La tercera jugaba conmigo,
se decía soltera y tenía marido.
Cuando le dolió en el alma que la dejara,
por esa absurda coquetería,
nunca pensé que me culparía;
pero ella también me culpó.
Prometió que llamaría,
cuando sintiera la sanación;
nunca lo hizo...
y ya se casó con otro
cabrón.
Así escribo en pocas líneas:
una para la que no llamó.
La cuarta era una bella diosa,
mezcla de musa y de modelo;
era la primera en muchos años,
por la que me mostré sincero.
Pero le importaba poco, prefería la farsa,
una relación muy tonta con un demente a distancia…
la presencia no lo es todo,
cuando de intención se trata
y la demencia es de dos vías,
(al fin que ni quería)
Por eso va una también para ella;
una para la que
no trató.
Pude ser de todas, y de todas, nunca,
de cada
una en su momento.
Para sentir que tuve la oportunidad de amar,
escribí en vez de vengarme,
imaginé en vez de matarme,
y soñé, en vez de vivir la
decepción.
Y mientras la primera volvió a contactarme
como si nada pasara,
y
la segunda finge ser mi amiga
aunque cancele citas,
al menos la tercera tuvo la decencia de no
invitarme a su boda
y la cuarta de eliminarme por completo de su puta vida…
perdón, al menos la primera no se quedó con su novio,
la segunda lo termino, a
la tercera la botaron,
y la cuarta morirá de soledad
mientras su novio viva en
otra ciudad.
Entre versos prosaicos
me quedo con la idea
de que pagué
por aquellas a las que no elegí.
Si llega el corte al menos sabré,
que sin importar nada, nunca cambié.
Nunca fui elegido, menos recordado,
fui menospreciado y malentendido.
¡Bu, por mí y una mala rima forzada,
a las muy malditas nunca les pasó nada!
Nadie les escupe, nadie las rechaza,
y al resto, que nos lleve la chingada.
Y si llega el fin, sin que yo lo busque,
al menos daré por terminado el asunto;
ya se acabó todo, ya huele a difunto,
y espero muy pronto poder seguir.
Escribo una nota breve entre
malas rimas,
para aquellas cuatro por las que sentí.
Una para la que no me amó.
una para la que no me vio;
una para la que no llamó,
y una para la que no trató.